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CULTURA FÍSICA

La Salud es Riqueza Espiritual

por Ramesh Bijlani

Cualquier programa de ejercicios bien planificado y científicamente organizado practicado con actitud yóguica se convertirá en ejercicios yóguicos, y la persona que los practique obtendrá todos los beneficios desde el punto de vista de la salud física y la elevación moral y espiritual.

La Madre

En el yoga, el término cultura física es utilizado para referirse a todo lo que podemos hacer para mantenernos saludables. La cultura física incluye las conocidas asanas (posturas), pranayamas (prácticas de respiración), y mucho más. Por ejemplo, comer los alimentos adecuados en la cantidad justa, ni mucho ni poco, también forma parte de la cultura física. Mientras comer bien y sabiamente es bueno, también es importante no consumir nada que pueda perjudicarnos, como el tabaco o el alcohol. Otro aspecto importante de la cultura física es dormir bien durante el tiempo adecuado, ni mucho ni poco. Todos los aspectos de la cultura física son actualmente populares como factores de estilo de vida relevantes para la salud y la enfermedad. Los trastornos del estilo de vida como el sobrepeso, la hipertensión arterial, las enfermedades cardíacas y la diabetes nos han hecho redescubrir la cultura física. Sin embargo, el yoga no considera la cultura física de la misma manera que un individuo moderno considera un estilo de vida saludable. El individuo moderno podría considerar un estilo de vida saludable como aburrido y monótono, y se ve obligado a adoptarlo para prevenir enfermedades. En el yoga, la cultura física forma parte de la filosofía de vida. Esta filosofía considera que estamos en el mundo para el crecimiento espiritual. Para dicho crecimiento espiritual, nuestro vehículo son las circunstancias de nuestra vida, que nos brindan oportunidades para dar algo a los demás. Dar es una expresión de nuestro amor por ellos, un reconocimiento de estar relacionados en un nivel fundamental como hijos del mismo Dios. Por lo tanto, trabajar para otros es un privilegio; es nuestro vehículo para cumplir el propósito de la vida. Para permitirnos cumplir el propósito de la vida, Dios nos ha dado algunas habilidades, circunstancias adecuadas y un instrumento en forma del complejo cuerpo-mente. Sin embargo, si nuestro complejo cuerpo-mente no es saludable, no podemos desempeñar el papel para el cual Dios nos ha equipado. Habiendo recibido todas las bendiciones para vivir una vida significativa, lo mínimo que podemos hacer es cuidar bien nuestro instrumento. Es realmente un trabajador mediocre el que no limpia, lubrica y mantiene sus herramientas con regularidad. No cuidar bien nuestro cuerpo y nuestra mente equivale a decepcionar a Dios que ha puesto su confianza en nosotros y espera que si tenemos el instrumento, las habilidades y las circunstancias necesarias, realicemos un determinado trabajo. Al no estar a la altura de Su confianza, perdemos el privilegio de hacer algo que Él ha preparado a medida para nosotros para que podamos cumplir el propósito de la vida. En el complejo plan que Dios tiene para el universo, para Él no hay diferencia en la forma en que usemos nuestro cuerpo: no le faltan instrumentos y no tiene prisa. Pero al no hacer lo que Él espera de nosotros, perdemos la oportunidad única que tiene nuestra alma de desarrollarse a través de su encarnación en forma humana en la tierra. Por lo tanto, en el yoga, la cultura física es un deber sagrado. Uno no puede asumir que es mi cuerpo, que puedo hacer con él lo que quiera; si quiero comer, beber y divertirme, y no me importa morir prematuramente, eso es asunto mío. En el yoga la cultura física es importante sin duda porque nos hace estar sanos, pero estar sano no es un fin en sí mismo. Estar sano permite que el cuerpo y la mente se conviertan en instrumentos eficientes de lo Divino. Así, estar sano no es un fin; estar sano es el medio para alcanzar un fin superior.

¿Qué diferencia hace el motivo por el cual se adopta el estilo de vida saludable? Si para mí es importante estar saludable para cumplir el propósito mismo de la vida, me encantaría adoptar un estilo de vida saludable. Si no cuidar mi salud equivale a ser desagradecido con Dios, no me gustaría adoptar un estilo de vida poco saludable. Si el propósito de la vida es el crecimiento espiritual, la aspiración a una meta elevada haría redundantes muchos placeres menores de la vida, como la comida sabrosa o levantarse tarde. Entonces el estilo de vida saludable no parece aburrido y monótono, sino que se vuelve más agradable que el estilo de vida poco saludable. La paz mental que trae el proceso de crecimiento espiritual hace que me enamore del estilo de vida saludable. Por otro lado, si se adopta un estilo de vida saludable por miedo a la enfermedad y a la muerte, genera estrés. Puedo comer frutas y verduras, pero mi mente estará pensando en pasteles y chuletas. El estrés que resulta de perderme lo que me gusta puede hacerme más daño que el bien que resulta de comer adecuadamente. En definitiva, un estilo de vida saludable es más efectivo si lo adopto porque quiero, y no porque es necesario. La filosofía de vida que subyace al yoga promueve una adopción voluntaria y alegre de un estilo de vida saludable. Sin embargo, siendo humanos, las personas que siguen el sendero del yoga también tienen debilidades. Una forma de evitar caer en las tentaciones es orar al inicio y al final del ejercicio, al comer y al dormir, para recordar el propósito de la vida y la importancia de la buena salud para cumplirlo. Si se realiza con esta actitud, las asanas se convierten en yogasanas, una caminata se convierte en una caminata yóguica, la comida se convierte en prasad, el trabajo se convierte en karma yoga y el sueño se convierte en sueño yóguico.

Traducido por NB Traducciones.

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