La Vida Divina

La Vida Divina

En el mundo moderno, la espiritualidad se ha convertido en una palabra útil para salvar a los ateos de la humillación en un mundo de creyentes y para salvar a los creyentes de la vergüenza de ser considerados irrelevantes y obsoletos. Si hay un libro que puede ayudar tanto a los ateos confirmados como a los creyentes acérrimos, y unir a ambos en una verdad superior a la que cualquiera de ellos podría imaginar, es “La Vida Divina” de Sri Aurobindo. “La Vida Divina” ha podido hacer esto porque Sri Aurobindo fue una rara y  única combinación. Era tanto un rishi (visionario) como un muni (pensador). Experimentó la Verdad Suprema y fue un genio intelectual.

“La Vida Divina” se basa en la experiencia personal de Sri Aurobindo sobre la Verdad más alta, más amplia y más profunda. Pero “La Vida Divina” también cuestiona y racionaliza esa experiencia. Aborda esa experiencia de todas las maneras posibles y desde todos los ángulos contemplados hasta ahora, pero también de una manera nunca antes vista.

Leer “La Vida Divina” es en sí mismo una experiencia. Una experiencia aleccionadora para cualquier racionalista que haya tomado una posición firme y «definitiva» en asuntos espirituales y esté orgulloso de ello. La “Vida Divina” es un ejercicio de lógica. Es una lección sobre la forma correcta de argumentar. En “La Vida Divina”, Sri Aurobindo defiende un punto de vista opuesto al suyo. Lo hace mejor de lo que podrían haberlo hecho sus oponentes. Argumenta por qué ese punto de vista también tiene una cierta lógica detrás; por qué ese punto de vista es un corolario natural tanto de la lógica como de la experiencia; por qué es tentador adoptar ese punto de vista. Y luego viene un ‘pero’, que derriba ese punto de vista usando una lógica aún más incisiva. Luego, defiende su propio punto de vista que no sufre las trampas del otro punto de vista. Realiza una presentación tan poderosa para reflexionar sobre la experiencia espiritual más alta a su manera, que quien entiende lo que está diciendo nunca sentirá la necesidad de  mirarla de otra forma.

¿De qué trata La Vida Divina?

“La Vida Divina” comienza con la afirmación de que la única aspiración humana que se niega a morir, la aspiración que regresa después de cada rechazo, es “la búsqueda de la Verdad y la Bienaventuranza pura y absoluta”. Luego pasa a discutir los dos polos de la conciencia. En un polo está la negación de lo que no está de acuerdo con la experiencia ordinaria. ‘Lo que no se ve, no existe’ es la posición adoptada por el materialista. En el otro polo está la negativa a ver la realidad en la experiencia ordinaria de todos los días, al aceptar en cambio lo que está Más Allá de ella como la única Realidad, porque sólo Esa Realidad es Imperecedera e Inmutable. Esta es la posición adoptada por el asceta porque está tan enamorado de la Realidad Absoluta que descarta la experiencia cotidiana ordinaria como un mero sueño. Sri Aurobindo encuentra lógica tanto en la ‘negación del materialista’ como en el ‘rechazo del asceta’, pero también explica por qué no acepta ninguna de las dos.

Pero Sri Aurobindo no continua con meros argumentos intelectuales. Luego, describe la experiencia que hace que la Realidad Omnipresente sea «real» para la persona. ¡Es por eso que la experiencia se llama Realización! El Uno Existente tiene la libertad de manifestarse o no. Incluso después de manifestarse en formas que conocemos, o que podemos conocer al explorar el universo material, la existencia no se limita a estas formas. Lo Existente continúa «siendo» más allá de toda manifestación. Además, dado que es la Existencia la que se manifiesta en el universo material, Su Conciencia lo impregna todo. Sin embargo, la medida en que esa Conciencia se expresa está restringida por la capacidad del objeto material. La materia inerte expresa muy poco; los seres vivos mucho más. Entre los seres vivos, el ser humano expresa más que otras criaturas. Así, aunque la Conciencia de todas las formas es la misma, Su expresión está limitada por las limitaciones de la forma. La limitación crea ignorancia, y la ignorancia crea incapacidad. Los subproductos de la ignorancia son el deseo, el sufrimiento y la muerte.

Sin embargo, la progresión desde la Materia hasta el Ser Humano indica al menos tres cosas. Primero, hay un impulso evolutivo que ha llevado gradualmente a una expresión mayor de la Conciencia Suprema del Creador. En segundo lugar, dado que el Ser Humano también expresa sólo una pequeña fracción de la Conciencia, la evolución no se ha detenido en él. Finalmente, el Ser Humano es la única criatura que tiene la aspiración y la capacidad de evolucionar mientras vive en la tierra. Por lo tanto, la evolución posterior no necesita depender completamente del impulso «espontáneo». El individuo puede colaborar con la tendencia inconfundible construida en Su creación por el Creador. Así, la evolución más allá del Ser Humano puede ser acelerada por él mismo.

Hay bastante en «La Vida Divina» para el científico. Se presenta un cuádruple orden ascendente de conocimiento: conocimiento separativo por contacto indirecto; conocimiento separativo por contacto directo; conocimiento derivado por contacto directo íntimo; y conocimiento por identidad. El científico puede ver y admitir fácilmente que el conocimiento científico pertenece principalmente a los dos primeros. Esa es una forma de ver las limitaciones de la ciencia. También hay mucha discusión sobre las posibilidades, el campo y el potencial de la razón; y al mismo tiempo una discusión razonada sobre sus limitaciones, y por tanto la necesidad de ir más allá de la razón. Sri Aurobindo no excluye de una discusión racional y exhaustiva ni el agnosticismo ni el ateísmo, y reconoce los méritos y las contribuciones de ambos sin estar de acuerdo con ellos.

Mucho hay también para un psicólogo en «La Vida Divina». Lo que está por debajo del nivel consciente podría ser un remanente del pasado, pero también puede ser la antesala de lo que aún está por evolucionar. El eminente psicólogo, el Profesor Indra Sen, descubrió en “La Vida Divina” respuestas a las preguntas que décadas de su estudio y sus conversaciones con Carl Jung no habían podido responder. El Dr. Indra Sen renunció a su cátedra en la Universidad en 1945 para irse y quedarse en Sri Aurobindo Ashram, Pondicherry. Allí acuñó el término «Psicología Integral» y publicó sobre el tema un clásico basado en gran parte en “La Vida Divina”.

“La Vida Divina” tiene un tratamiento muy completo de los desconcertantes temas interrelacionados de Karma y Renacimiento. ¡El tratamiento es complejo porque el tema no se puede simplificar! Las versiones simplificadas del tema son responsables de las discrepancias que a menudo se señalan y se utilizan como justificación para descartar las ideas como supersticiosas. Si hay que resolver las discrepancias, también hay que estar preparado para digerir cierta complejidad. Sin embargo, una idea relativamente simple está en orden. Si la meta de la existencia humana es el nivel de conciencia donde lo Divino puede ser experimentado por identidad, y la distancia desde la conciencia humana más baja hasta la meta no puede cubrirse en una sola vida, entonces el renacimiento se convierte en una necesidad lógica. Es la variedad de experiencias recogidas por el alma en cada vida la que forma el material para el progreso. Si el material se usa bien, y ese es un gran interrogante, incluso entonces toda una vida no es suficiente. El número de vidas requeridas se vuelve mucho mayor porque el material es sub-utilizado, mal utilizado y abusado con una frecuencia asombrosa, gracias a las tentaciones y justificaciones creadas por la ignorancia humana. La ignorancia presenta siete aspectos, como se discute en gran detalle en otro capítulo de “La Vida Divina”.

La ignorancia humana crea tres dificultades principales. Primero, el conocimiento es parcial; en segundo lugar, el conocimiento está distorsionado, como generalmente lo está el conocimiento parcial; y finalmente, el cuerpo, la vida y la mente del individuo están en constante guerra. El cuerpo, la vida y la mente son nuestras herramientas, que generalmente no pueden ni quieren conectarse con la Fuente Suprema de Conocimiento disponible en nuestro interior, y así terminan empujando y atrayendo a la persona hacia diversas direcciones. Cuando el individuo se conecta, al menos moderada y esporádicamente, con esa Fuente, tiende a no confiar en ella. Tiene una tendencia a recurrir a las fuentes en las que se confía habitualmente, aunque no sean realmente confiables ni verdaderas. La referencia aquí es a la Intuición, que si se identifica correctamente es una herramienta superior, de conocimiento y guía, que la Mente. Más alta aún que la Intuición es la Sobremente, y aún más alta la Supramente.

“La Vida Divina” presenta no sólo las dificultades que surgen de la ignorancia sino también el camino hacia la liberación. El proceso consiste en una vivencia consciente que conduce a dos transformaciones sucesivas o en parte simultáneas: psíquica y espiritual. La transformación psíquica depende del contacto consciente con el ser psíquico y de la organización de la propia vida en torno a él. Así, esta transformación es, al menos aparentemente, un esfuerzo personal, y conduce a un ascenso de la conciencia. La transformación espiritual es el descenso de la Luz y la Fuerza divinas al ser. El ascenso prepara el terreno para el descenso. ¡el ascenso es un debilitamiento voluntario de las debilidades humanas para atraer la invasión divina llamada descenso! El proceso de transformación se completa con la transformación supramental, que ni siquiera puede comenzar hasta que las dos anteriores hayan completado su trabajo y, por lo tanto, hayan preparado la vasija para manifestar el principio evolutivo más elevado que no se había manifestado en la tierra hasta que Sri Aurobindo y la Madre trabajaron con este fin.

La filosofía espiritual de Sri Aurobindo se expresa profundamente en la idea de la evolución de la conciencia. El ser humano es un ser mental altamente evolucionado. La tierra ahora está preparada para el próximo salto en la evolución, que conducirá a la manifestación de un nivel más alto que el mental. Es este nuevo nivel de desarrollo de lo Divino lo que Sri Aurobindo ha denominado Supramental. Cuando el nivel Supramental comience a manifestarse en la tierra en una escala significativa, la naturaleza humana cambiará. Como resultado, el mundo ya no será un lugar de miseria y sufrimiento. El ser humano con la Conciencia Supramental no sería un ser humano, sino un Ser Gnóstico. Sri Aurobindo da en “La Vida Divina” un destello del Ser Gnóstico y el mundo habitado por Seres Gnósticos. La descripción es una experiencia de éxtasis que transporta al lector a un mundo rebosante de dicha y Bienaventuranza.

Pensamientos finales

Todas las ideas de “La Vida Divina” ni siquiera pueden ser enumeradas en un breve artículo. “La Vida Divina” no deja nada fuera que pueda despertar la curiosidad de cualquiera que se incline hacia una visión intelectual de la espiritualidad. Ya sea el ocultismo o los universos distintos al nuestro, todo está allí, en la justa medida, con las necesarias salvedades y precauciones. “La Vida Divina” no es un libro; es una escritura. Las escrituras que tienen las experiencias de un rishi se llaman Upanishads. “La Vida Divina” es un Upanishad moderno en idioma inglés. Pero un Upanishad no necesita tener una filosofía que surja de las experiencias descriptas. “La Vida Divina” también tiene una filosofía que surge de las experiencias de Maharshi Sri Aurobindo. “La Vida Divina” no se limita a tejer una filosofía basada en las experiencias; construye la filosofía bloque a bloque, despejando el camino con una mirada informada aunque crítica, pero sincera y comprensiva, a filosofías anteriores que han surgido de experiencias espirituales cumbre. Sri Aurobindo evita el dogma y no impone ningún dogma a nadie. Da sus puntos de vista, comparte con el lector los puntos de vista de muchos más y deja que el lector tome una decisión. Pero rara es la mente que no se deja hipnotizar por Sri Aurobindo. El resultado es que, como Arjuna en el Gita, el lector simplemente se entrega a Sri Aurobindo en un estado de dulce súplica y devoción sin deseos.

Artículo publicado en el Volumen 3  Número 3 de 2022 en la Edición en español de The Call Beyond.

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