Activos “Supremamente Móviles”

Cuando decimos que llegamos al mundo con las manos vacías y nos vamos con las manos vacías, estamos hablando de algo superficial, de algo visible, pero no de algo que esté fuera de discusión. El renacimiento no es solo una realidad vista por los profetas. Según Sri Aurobindo, si el destino final de cada individuo es la unión con lo Divino, y esta fusión es una meta lejana que muy pocos alcanzan en la vida, el renacimiento se convierte en una necesidad lógica. Por lo tanto, si el viaje del alma continúa de vida en vida, y la recurrencia está diseñada para llevar al alma hacia su destino final, cada vez que el individuo viene a este mundo, llega con un considerable bagaje kármico del pasado, y deja este mundo con un bagaje renovado. ¿No es eso lo que sucede en nuestro viaje terrenal? Comenzamos el viaje con algo de equipaje; durante el viaje nos deshacemos de algunos elementos y adquirimos algunos nuevos; y luego volvemos a casa con equipaje renovado. La vida en la tierra es un largo viaje que hace el alma. Por lo tanto, si el viaje del alma continúa de vida en vida, y la recurrencia está diseñada para llevar al alma hacia su destino final, cada vez que el individuo viene a este mundo, llega con un considerable bagaje kármico del pasado, y deja este mundo con un bagaje renovado. La vida en la tierra es un largo viaje que hace el alma; y al igual que nuestros viajes por este mundo, se puede disfrutar. Cuánto lo disfrutemos depende de los karmas que agotemos y de la calidad de los karmas que agreguemos a nuestro equipaje antes de regresar a casa, la casa a la que verdaderamente pertenecemos. Los karmas son nuestros activos supremamente móviles que viajan con nosotros.

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Somos indeterminados en nuestras líneas, nos acomodamos a las circunstancias y al entorno. Incluso cuando nos gustaría ser militantes e intransigentes, somos realmente fluidos y oportunistas.

Sri Aurobindo (‘Bankim-Tilak-Dayananda’, p. 48)