De la Jerarquía a la Colaboración

Todos estamos familiarizados con la ética laboral de nueve a cinco, en la que llegar al lugar de trabajo unos minutos antes, salir unos minutos después de las horas de trabajo y estar disponible «en el asiento» durante todo el día son ideales incuestionables. Estos ideales tienen un lugar en ciertas tareas, pero la revolución digital ha significado que muchas de esas tareas se han automatizado. Por ejemplo, no necesitamos tantas personas disponibles «en sus asientos» en bancos, oficinas de correos y estaciones de tren para decir «Puedo ayudarlo?» tan pronto como un cliente llega al mostrador. Sin embargo, los hábitos son difíciles de erradicar. Por lo tanto, la cultura laboral de nueve a cinco sigue persistiendo en las organizaciones incluso cuando es irrelevante. Por otro lado, los empleados más talentosos y productivos, que también tienden a elegir el trabajo que les apasiona y por lo tanto están automotivados, han comenzado a exigir una mayor libertad, flexibilidad y respeto en el lugar de trabajo. El resultado es que cuando esos empleados se sienten sobrecargados y oprimidos por el ambiente laboral, los mejores dejan sus trabajos y continúan por su cuenta. Las opciones de carrera han crecido tanto, en volumen y variedad, que estas personas competentes y creativas generalmente pueden combinarlas con su pasión por el trabajo y crear productos, servicios o soluciones que la sociedad necesita. La infraestructura y la inversión necesarias también están a su alcance porque gran parte del trabajo se puede hacer en línea desde casa. El número de trabajadores independientes ha ido creciendo a un ritmo exponencial, especialmente durante los últimos dos años porque para muchos, trabajar por cuenta propia se convirtió en una necesidad impuesta por los despidos durante la pandemia de covid.

Nada puede ser mejor que combinar lo que uno disfruta hacer con ganarse la vida, mientras trabaja en situación de total libertad para regular las condiciones y la cantidad del trabajo a realizar. Sin embargo, la vida nunca es al cien por cien. Dos consecuencias de esta vida aparentemente perfecta han llevado una vez más al redescubrimiento de nuestra interdependencia. Primero, la persona se siente sola. Esto ha llevado al surgimiento de “comunidades” de personas que se dedican a un trabajo similar. Los miembros de las comunidades que comparten pasiones e intereses se brindan una compañía significativa y estímulos para el crecimiento personal y profesional. Segundo, la persona se da cuenta de sus limitaciones. Empieza a buscar a aquellos con habilidades complementarias. El resultado es una colaboración, una asociación. En tales asociaciones, nadie trabaja para nadie; simplemente trabajan entre sí.

¿Qué significa la tendencia hacia el reemplazo de las jerarquías por comunidades y colaboraciones a la luz de la visión futurista de Sri Aurobindo y la Madre? Las comunidades y colaboraciones implican un sentido de unidad e igualdad, que reflejan un nivel de conciencia más alto que las jerarquías que están a punto de desaparecer. Por un lado, personas trabajando juntas como iguales puede ser considerado el resultado de la evolución reciente de la conciencia. Por otro lado, las asociaciones armoniosas y mutuamente edificantes pueden verse como parte del proceso mediante el cual podría tener lugar una mayor evolución de la conciencia. La evolución de la conciencia cambia la naturaleza humana y, a medida que el proceso comienza a afectar a más y más personas, el mundo se convertirá en un lugar mucho mejor para vivir, tal como lo visualizaron Sri Aurobindo y la Madre.

“Incluso las mayorías darán alguna respuesta

y serán partícipes del esplendor del impulso Divino

y su impetuoso golpear a puertas invisibles…

Así se abrirá la tierra a la divinidad

y las naturalezas comunes percibirán la inmensa exaltación,

iluminarán los actos comunes con el rayo del Espíritu…

esta vida terrestre se convertirá en la vida divina”.

-Sri Aurobindo (Savitri, Libro 11)